jueves, julio 17, 2008

ideario 1

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La vida y la muerte se conjugan cuando estamos concientes y nos encontramos en un estado emocional específico. Muy particularmente, muy personalmente, cuando estoy confundido me aíslo, me alejo, me muero.
Los caminos solitarios son totalmente ácidos y desgarradores, son caminos mortuosos. Cadáveres se extienden en rededor, en un sendero eterno; la muerte se toca, se huele, se siente, sabe… te acaricia tan encantadoramente, tan seductoramente que el camino aunque solo, lo recorres acompañado. Por fin alguien se acerca a ti, alguien temible para muchos, amoroso para otros, para mí, la figura que necesitaba cerca, la pareja ideal que nunca me ha dejado y que sabe cuando me dirijo a cavernas oscuras como a la que me dirijo, no me abandona.
Desde hace dos días la muerte me acompaña, y vamos dos en el sendero.
Muerte y soledad juntas ¡quién lo creería!
Solo algo pudo unirlas: la confusión.
…Hoy soy confusión, hoy soy soledad,
hoy soy muerte…

You can be happy… I must be dead…

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