Creo que el ridiculo y yo, somos buenos compañeros, ajaja, me he habituado a el y parece que el se ha habituado a mi. Antes temia ante su presencia y sucumbia con sus hazañas. Pero ahora lo veo y puedo reir, beber, recordar y reir de nuevo con el. Lo comparto con ustedes porque no le temo al ridiculo, es mas... los invito a reirse de mi, ajaja, es terapeutico... ya no recordaba ese video, ajaja y pensar que estaba mas bonito lo que escribi, porque diablos avente el cuaderno, ajaja. Em fin, ahora el monologo tiene pies y cabeza, y no es, unicamente, un rato de debraye en una peda... que locochon que se originara acá. Se los dejo, rianse de mi, y creanme, de inmediato, se reiran conmigo, saludos.
EL ARTE DE HACERSE PENDEJO
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