Prefiero tus manos, tu piel y tus contornos.

El calor primaveral secuestra mi cuerpo,
con su afán, con mi afán, mis manos se posan en mi sexo.
Comienzo a tocar eso que me desconecta de este cuerpo;
tras leves movimientos, constantes y sonoros,
mi mente se encamina hacia un sueño más profundo.

De pronto y sin pensar, abro los ojos y freno mi andar.
Prefiero tus manos, tu piel y tus contornos.
Sentir tus espumas, tus océanos y tus cantos.
Tus rayos de luna, esos que se desprenden de tu mirada,
esos que sin más me transportan al país del deseo.
Donde todo lo que miro alrededor
son imágenes de esa perfecta tu.